Dos acontecimientos pusieron a la humanidad y al
planeta al borde de su destrucción total: la Primera y la Segunda Guerra
Mundial, sucedidas en el siglo XX.
El fin de la guerra marcó un gran reto: censurar las
posiciones ideológicas y políticas que fomentaron semejante desastre y abrir una posibilidad
para que surgiera nuevamente la vida en los lugares arrasados. Era
necesario reconstruir, repoblar las ciudades, producir, proteger a la población
y tenerla sana, educada, capacitada para producir.
Su resultado fue muerte, desolación,
destrucción, tierras sin producir y contaminadas, países con catástrofes
económicas, pobreza, millones de personas sin familia; seres humanos
escondidos, desprotegidos, carentes de afecto, sin hogar, muchos de ellos
niños.
Se trata de derechos individuales, económicos,
sociales y políticos que garantizan ante todo el derecho a la vida de las
personas; a la libertad de pensamiento, opinión y culto; a la igualdad ante la
ley; a vivir en familia y satisfacer las necesidades de educarse, tener salud,
acceder al trabajo digno, a la seguridad social, al descanso y la recreación; a
elegir y ser elegido, entre otros.
En 1948 salió a la luz su producto más importante: la
Carta de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Las Naciones Unidas es una organización internacional
creada por 51 países, después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. El
propósito de su instauración fue defender la vida, la libertad, la independencia,
la libertad de cultos preservarlos derechos humanos; fomentarla paz al interior
de los países y a nivel internacional; además de prevenir nuevos conflicto
Recuperado de: https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/
Diego Lema.
20 de Marzo de 2020.
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